¿Os acordáis de todos los nuevos inquilinos que han ido adquiriendo mis dueños durante estos meses? Pues bien, la cosa no podía terminar de otra manera; ahora tengo un nuevo compañero de piso: otro gato.
Es tan pequeñito y suave que él se lleva todas las caricias de la casa, por lo que de momento es con el que más me está costando congeniar a pesar de compartir especie...
Ya se ha hecho con ellos engatusándoles con miradas tiernas y maulliditos agudos.
El recién llegado se llama Elrond, nombre que surgió en un arranque de frikismo de mis dueños.
Tranquilos que si queréis seguir sabiendo cosas sobre él y de cómo avanza nuestra relación, os lo iré relatando todo con pelos, bigotes y señales.
Un maullidito resignado para todos.