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sábado, 28 de septiembre de 2013

Gatos bibliotecarios

En repetidas ocasiones hemos hablado de las diferentes profesiones que puede desempeñar un gato. Ahí va una nueva: gato bibliotecario. Si hasta ahora habíamos escuchado hablar de los ratones de biblioteca, es hora de que cambiemos el chip, porque los gatos nos sumamos a esta profesión.

Pero no se trata de una broma. En Novorossiyk (Rusia), un gato llamado Kuzya acaba de conseguir el puesto de asistente de bibliotecario al que tanto aspiraba. El gatito fue encontrado hace tiempo en las puertas de la biblioteca y se convirtió en la mascota del establecimiento. Sin embargo, por sus magníficas capacidades lo nombraron "asistente de bibliotecario" en tiempo récord. El ascenso quedó adecuada y oficialmente registrado en la documentación de la biblioteca. Es por ello, que ahora Kuzya tiene que ir apropiadamente vestido a su puesto de trabajo, por lo que sus empleadores le han comprado una pajarita.


La figura de Kuzya en su lugar de trabajo es muy valiosa ya que, su sola presencia hace que acudan muchos más usuarios a leer a la biblioteca.

Y es que gatos y libros son una combinación perfecta. Como decía el poeta Théophile Gautier, los gatos se complacen en el silencio, paseando entre la quietud y el orden de los libros como si fueran su elemento natural, sin perturbar el silencio del que lee o escribe. Se convierten en compañeros de las horas de soledad, melancolía y pesar, permaneciendo veladas enteras ronroneando sobre un regazo. Ningún lugar parece convenirles más que el escritorio de los hombres de letras. Es por ello que muchos escritores han elegido a los gatos como animal de compañía (o tal vez los gatos los eligieron a ellos).

Por eso, por extraño que parezca, muchos gatos eligen como hogar una biblioteca. En esta página podréis encontrar algunos de los gatos bibliotecarios del mundo, con sus nombres, fotos y lugar de residencia.

Uno de los gatos bibliotecarios más famosos fue Dewey Readmore Books. Dewey fue abandonado una fría noche de enero de 1988 en el cajón de devolución de libros de la biblioteca pública de Spencer (Iowa, EE.UU.). Vicki, la bibliotecaria, decidió adoptarlo, y allí se instaló durante más de 18 años. Entre las labores de Dewey se encontraban darle todo su cariño a un usuario de la biblioteca distinto cada día y reducir el estrés de todos los humanos que le hacían caso , incluso acudía a las reuniones de la junta directiva. Gracias a él, se desprendía un entrañable sentimiento de amor general donde trabajadores y usuarios se movían en un clima agradable y el carácter de todos se volvía más simpático y cercano. Por eso, el número de visitantes subió, e incluso llegó a aparecer en la prensa, promoviendo así la biblioteca nacional e internacionalmente.

Dewey trabajó como bibliotecario hasta el fin de sus días en noviembre de 2006. Murió en los brazos de Vicki Myron, la directora de la biblioteca que lo acogió desde el primer día. Desde la página web de la biblioteca de Spencer aseguran que el lugar de Dewey nunca será repuesto por ningún otro gato o persona y que la biblioteca nunca volverá a ser la misma sin él.

En 2008, Vicki publicó un libro sobre su vida con Dewey en la biblioteca. Esta historia de amor a los libros, a los gatos y a las personas cruzó el mundo entero traduciéndose a más de 30 lenguas. Hoy Vicki ya está retirada, pero su dirección se facilita en la página de su antigua biblioteca para aquellos que deseen contactar con ella.

Sin duda, una conmovedora historia real que una vez más supera la ficción.