Hoy me he dado cuenta de algo triste: los gatos que en alguna faceta de su vida son infelices son incapaces de hacer feliz a los que les rodean. Siempre hay algún detalle en nuestra vida que nos impide ser totalmente felices y siempre nos decimos a nosotros mismos que nunca afectará a nuestra vida del hogar: falso, siempre afecta, todo afecta, nuestras frustaciones hacen que vivamos frustados y es imposible aislar esa frustración de todo lo demás. En momentos así me pregunto si no será mejor renunciar a aquello que nos hace infelices aunque pensemos que a la larga será bueno para nosotros, simplemente para evitar que esa faceta de nuestra vida destruya todas las demás.
No sé hasta qué punto los gatos sabemos separar unas cosas de otras. No sé hasta qué punto consideramos obligaciones cosas que realmente no lo son y cargamos con ellas sin necesidad.
No intento disculpar a los gatos que no saben aislar los hecho felices de su vida de los infelices. Sólo intento pedir perdón a todos aquellos dueños que se han sentido alguna vez infelices debido a sus gatos, a que no les brilla el pelo o no ronronean como antes. No obstante, sabemos que esa disculpa nunca será suficiente para perdonar todos los errores que vamos acumulando.
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