¡Pobres gatos que no tienen comida suficiente para saciar su hambre!
Menos mal que el hambre desarrolla el ingenio y este compañero no morirá de inanición.
Eso sí, como espía... diremos que aún tiene la asignatura pendiente de "Disimulo y sigilo en situaciones comprometidas".
Un maullidito para todos y ¡Feliz verano!
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