A lo que me refería, queridos compañeros no es a la tiranía y al gobierno oligárquico de los gatos, sino más bien a ejercer de gato sindicalista y velar por los derechos gatunos para que a ningún gato le falte nunca una buena ración de whiskas y un cuenquito de leche.
Pido disculpas si algún gatito se ha sentido ofendido. Maullidos a todos.
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